Cultura y desarrollo: objeto de vivir mejor
El propósito de este número es, por cierto, mucho más modesto. Recurriendo a varias de las personalidades que colaboraron en los trabajos de la Comisión, aspira solamente a que el gran público pueda captar, en términos sencillos, la complejidad de la cuestión. Pues el mero hecho de combinar dos términos tan heterogéneos como desarrollo y cultura es en sí una fuente de malentendidos. Hay que desconfiar de los falsos problemas y más aún de las falsas soluciones que sugiere esta conjunción.