El blanco y el negro
Una historia que conjuga el bien, el mal y el destino del hombre. Todos en la provincia de Candahar conocían la aventura del joven Rustán. Era hijo único de un mirza del lugar, que viene a ser como marqués entre los franceses o barón entre los alemanes. El mirza, su señor padre, poseía un bien ganado caudal. Debía casarse el joven Rustán con una doncella o mirzesa de su condición. Ambas familias lo desean ardientemente. Debía procurar el consuelo de sus padres, hacer feliz a su mujer y serlo con ella.