La paz, ¿Cómo se hace? Sembrando cultura de paz en las escuelas
El programa representa, asimismo, una alternativa a la falta de acceso a actividades culturales,una realidad comprobadamente vigente en las regiones periféricas brasileñas. El acceso a la cultura,al arte, al deporte, a la recreación y a la educación les permite a los jóvenes encontrar otras formas de expresión distintas a las del lenguaje de la violencia. La participación en talleres de teatro,artesanía, música, danza y otras tantas actividades lúdicas, abre nuevos horizontes, refuerza la autoestima y es capaz de ayudarle al joven a descubrir un nuevo sentimiento de pertenencia con respecto a su escuela y a su comunidad.
En la dinámica del programa, el joven y la comunidad son los protagonistas, y no son vistos como simples beneficiarios de las actividades del fin de semana. Los jóvenes desempeñan un rol central: articulan actividades y movilizan a la comunidad para que participe en el programa. Esa participación se refuerza a medida que la programación revela y valora a los talentos locales.
Otro aspecto a resaltar es la característica descentralizadora del programa, lo que permite que estados, municipios y escuelas tengan la necesaria flexibilidad para poder adecuarlo a sus realidades y necesidades locales, siempre orientados por los mismos principios y conceptos éticos y metodológicos. El programa es único y flexible en su diversidad, y la construcción de esa unidad en la multiplicidad fue uno de sus grandes desafíos.